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TRATAMIENTO DE UN CASO CRÓNICO
DE ADICCION A INTERNET
Salvador Alario Bataller (*)
DE ADICCION A INTERNET
Salvador Alario Bataller (*)
(2.006), Cuadernos de Medicina Psicosomática y Psiquiatría de enlace, 79/80, 71-88
RESUMEN:
En este artículo se presenta el tratamiento cognitivo-conductual de un caso crónico de adicción a la red en un paciente de 39 años. La dependencia a Internet es considerada una adicción psicológica no relacionada con el abuso de substancias. La terapia psicológica normalmente empleada en el tratamiento psicológico del abuso de substancias y del juego patológico, como el control de estímulos, prevención de recaídas, exposición y prevención de respuesta y terapia de pareja son aplicadas en este caso y discutidas en su momento. Se muestran los resultados de los controles de seguimiento al mes, tres, seis meses y al año de haber finalizado la intervención.
Palabras clave: adicción a Internet, trastorno del control de los impulsos, adicción conductual, tratamiento cognitivo-conductual
SUMMARY
We present a case study in which we have successfully applied a cognitive-therapeutic cognitive-behavioural approach to a 39 year old man suffering addiction to internet. Dependence of internet is considered a psychological addiction not linked to substance abuse. Therapy habitually employed in the psychological therapy of substance addictions and pathological gambling, such as stimulus control, prevention of relapses, exposure with response prevention and couple therapy have been applied and discusses. Furthermore, we present de results of follow-up at one, three, six and twelve months.
Key words: Internet addiction, impulsive-control disorder, behavioural dependence, psychological addiction, cognitive-behavioural treatment.
(*) Dr. Salvador Alario Bataller
Clínica Psico-Médica (Valencia)
http://alario1.blogspot.com
http://nohaymentesincerebro.blogspot.com
alario7@msn.com
INTRODUCCIÓN
Los estudios de análisis del bienestar en la actualidad, con la consiguiente búsqueda de indicadores objetivos –más allá de las posturas oficialistas- arrojan resultados negativos, hasta tal punto que parece que el pretendido bienestar de los ciudadanos es más una quimera que un hecho (Kahneman y Krueger, en prensa). El estado de bienestar de que hablan las políticas públicas no se acompaña de un incremento efectivo del bienestar de los ciudadanos, lo cual resulta una gran e impactante paradoja (Diener y Seligman, 2004). La mayor disponibilidad de bienes de consumo y el condicionamiento para este fin parece relacionarse con la aparición de ciertas patologías antes inexistentes (o por lo menos, en algunos casos, con menores tasas que en la actualidad). Este es uno de los retos a lo que se han de enfrentar los especialistas en salud mental, buscando estrategias de intervención terapéuticas eficaces ante las nuevas demandas de tratamiento. Las patologías “de moda” tienen que ver con los cambios socioculturales de cada época histórica (Labrador, Echeburúa y Becoña, 2004). Por consiguiente, aparte de los trastornos poco cambiantes in tempore (esquizofrenia, depresión, trastornos de ansiedad, etc.), existen otros específicos de estos tiempos. Los motivos de los mismos son diversos, pues en unos casos son atribuibles al envejecimiento de la población (demencias), en otros se deben a la crisis de la familia (violencia familiar o abuso sexual); también atribuibles a la sobre valoración social de la estética corporal (trastornos de la conducta alimentaria o dismorfofobia) y, en otros, finalmente, se descubre su importante relación con las costumbres sociales y el modo de diversión (distintos tipos de adicciones). Vemos que por su propia idiosincrasia (un tiempo que no produce bienestar social real y dispone las condiciones para que se alzaprimen las adicciones), uno de los rasgos distintivos del S. XXI va a ser la proliferación de las conductas adictivas. Posiblemente a medida que pesen los años irán apareciendo nuevas dependencias; aunque en teoría cualquier actividad humana puede convertirse en una conducta adictiva, en la realidad resulta que no es así, dado que existen distintos factores catalizadores o favorecedores para que esto tenga lugar, asunto que iremos explicando a lo largo de estas páginas.
Aunque se han esgrimido argumentos en contra de la existencia real de las adicciones no químicas (porque toda adicción sería química, las otras cosa distinta) y las dudas de su diferenciación del trastorno obsesivo-compulsivo o por falta de control de impulsos (v., Adés y Lejoyeux, 2004), asimismo existen argumentos suficientes para considerar seriamente el punto de vista contrario. La adicción al juego, a la comida, a las compras, al sexo, al trabajo y a la red poseen unas características comunes, como la pérdida de control y la dependencia, el síndrome de abstinencia, la conversión de reforzador positivo a negativo en base al proceso patológico de la adicción, el acaparamiento total de la vida de la persona a causa de la dependencia, con sus notables y serias implicaciones en la vida individual y familiar de quienes las sufren (Echeburúa, 2.003).
A nivel biológico, las drogas tienen una gran capacidad para aumentar los niveles del neurotransmisor dopamina en el cerebro de las personas dependientes en el momento en que se produce el “subidón” tras su consumo. Sin embargo, este mismo efecto, el incremento de las tasas del neurotransmisor y sus consecuencias euforizantes, puede producirse después de un contacto sexual, de una comilona, en el enganche a la compra descontrolada o en quien es adicto a Internet. En estas denominadas adicciones sin drogas se provoca el mismo efecto biológico y los sujetos, una vez, adictos, se condicionan (habitúan o acostumbran) a altas concentraciones de dopamina....
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Etiquetas: Adicciones
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