Découvrez la Radio Jazz vocal


Lean y vean, las primeras pistas.


¿Fue el conspicuo sir William Gull, Médico de la Reina, Jack el Destripador, como postula la denominada "Hipótesis Real"?.


¿Tuvo alguna relación el duque de Clarence con los hechos macabros de Whitechapel?.


¿Tuvo algo que ver George Chapman con los horripilantes asesinatos del soho londinense?.


¿Qué papel desempeñó el enigmático Walter Sickert, en la investigación policial en torno al Destripador de Londres?.


¿Pudo ser Montague John Druitt, el carnicero de Whitechapel?.


¿Fue, en definitiva, James Maybrick, sobre el cual recaen actualmente todas las sospechas, el tristemente célebre Jack el Destripador?.

Se verá.

S.A.B

de Desconocido

11 de Agosto de 1.8...

N
os despertamos medio congelados en la humedad de la cueva, pese a que el sol comenzaba a irradiar por encima de las montañas. Medio entumecidos, preparamos café y combatimos el frío con unos tragos de brandy, que fue un bálsamo magnífico para nuestros huesos castigados. Avivamos el fuego y ello, junto a la bebida y el alimento ingerido, nos devolvió las fuerzas. Desde nuestra posición contemplábamos un hermoso paisaje que ayer, cuando sobrevenía el crepúsculo, no tuvimos oportunidad de admirar. Entre profundos valles serpenteaban los hilillos diminutos de plata de los torrentes, que nacían en lo alto de las cumbres. Apenas podían discernirse las aldeas desde donde estábamos. A nuestra izquierda podíamos ver los glaciares y a la derecha, la cordillera ascendía abruptamente, mostrando su giba recortada como un gran monstruo antidiluviano. Bajo la cobertura de la nieve perpetua, en el vasto tapiz verde y plata, al fondo, casi imperceptible a la vista, apenas se distinguía la mole brumosa de la ciudad amurallada. Me entregué al éxtasis de la contemplación del paisaje y me embriagué de su voluptuosidad. Pero, al cabo de breves minutos, la mano de Gödel me devolvió a la realidad. Teníamos un arduo trabajo por delante y, en efecto, al cabo de seis horas habíamos examinado la totalidad de las cavernas, habiendo hecho un magnífico descubrimiento. No sólo encontramos murciélagos, sino en gran cantidad.
El orden Quiróptero agrupa mamíferos nocturnos que se adaptan todos a un mismo patrón, caracterizados principalmente por su aptitud para el vuelo, junto a una anatomía peculiar. En el curso de su evolución, han desarrollado amplias superficies membranosas entre los dedos sumamente alargados de la mano que, prolongándose a lo largo del antebrazo y del cuerpo, llegan hasta el pie y, en numerosas especies, incluso hasta el extremo de la cola. Filogenéticamente derivan de los insectívoros arborícolas planeadores, de los cuales conocemos hoy, por ejemplo, a los Dermópteros y a las ardillas voladoras. En virtud de su capacidad para realizar el vuelo batido, tal vez compitieron en un principio con las aves y ya que la mayoría de éstas son diurnas, los murciélagos evolucionaron hacia un comportamiento nocturno. Posiblemente, durante el vuelo emitan algún tipo de onda o sonido, imperceptible al oído humano, al que denominaré desde ahora ultrasonido, cuyo eco les retroalimenta sobre la presencia o ausencia de objetos o presas. Esta es una buena hipótesis de trabajo sobre la que investigaré en un futuro inmediato.
Los quirópteros abundan fundamentalmente en los países tropicales, donde podemos encontrar los tipos más variados. Su régimen y modalidad de alimentación es variante. Así, los hay insectívoros, fruguívoros, nectarívoros, carnívoros, piscívoros e incluso hematófagos, como los vampiros. A decir verdad, los murciélagos son mamíferos poco fecundos, pues normalmente las hembras paren una cría al año, pero su longevidad sobrepasa los veinte. Son animales sociales, por lo que, a veces, se les encuentra formando colonias inmensas, o bien viven en grupos pequeños en los agujeros de los árboles, grietas de las rocas o en las techumbres de las casas. Algunas especies americanas son migratorias, pero la mayoría son sedentarias y las de los países templados pasan el invierno en hibernación.
Después de los roedores, el orden quiróptero es el que cuenta con mayor número de especies entre los mamíferos, pues se enumeran alrededor de un millar. Los taxonomistas o sistemáticos, dividen a los quirópteros en dos subórdenes; a saber: Megaquirópteros y Microquirópteros. Aunque los primeros subsumen en sus filas los ejemplares de mayor tamaño, su denominación no es demasiado acertada para otras especies de talla inferior a la mayoría de los microquirópteros. Allí estaba el Rhinolophus europeo y muchos representantes de la familia de los Vespertilinoideos. Pero lo verdaderamente asombroso fue encontrarnos con varios ejemplares del suborden Filostomaideos, que derivan probablemente de los Rinolofoideos primitivos... ¡Y aquí estriba lo extraordinario!, por cuanto, hasta el presente, solamente fueron hallados en el componente americano, no habiéndose observado nunca en Europa. Vi de cerca al Vampyrum spectrum, el gigante de los microquirópteros y a los verdaderos Vampiros o Desmodinos, que se alimentan de la sangre que succionan a los vertebrados de sangre caliente. Los auténticos vampiros, Desmodus y Diphylla, habitan generalmente en cavernas. Son agresivos y potentes, a pesar de su talla modesta, como una rata pequeña. Es una especie extremadamente perjudicial, la cual, pese a los muchos intentos, no ha podido ser exterminada gracias a las características que acabo de mencionar, además de ser ágiles y mostrar una adaptabilidad sorprendente a los diversos medios. Los vampiros salen de noche en busca de mamíferos y aves dormidos para chuparles la sangre, de la cual se alimentan. Se posan silenciosamente sobre sus víctimas y con ayuda de sus incisivos, en forma de gubias y cortantes como una navaja de afeitar, rasgan profundamente la epidermis del durmiente. Se ha comprobado que la herida no causa dolor. El vampiro aplica enseguida la boca sobre la diminuta incisión, succiona la sangre y la impele hacia el estómago. Su saliva contiene una substancia antiocoagulante, por lo cual la sangre rezuma fluida y constante del cuerpo del animal. Es tal el apetito del vampiro que puede sorber, de una sola vez, su propio peso en sangre. Muestra una clara preferencia por las partes del cuerpo desprovistas de vellosidad, como la mama de la cerda, el reverso de las orejas de los caballos, la cloaca de la gallina o la nariz o los dedos de los pies del hombre. Estos hematófagos causan grandes pérdidas en las granjas sudamericanas, pues los animales mordidos cada noche pierden mucha sangre y se debilitan. Son transmisores de la rabia y en Trinidad y en Brasil son frecuentes las pérdidas humanas. Quizás también en Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia, Rumanía y otros países balcánicos, se de este hecho aciago, motivo por el cual la gente inculta ha ido formando, a lo largo de los siglos, absurdas historias sobre malignos cadáveres andarines. El mal no podía, en modo alguno, estribar en dichas actuaciones postmortem, aunque la emoción primigenia estuviese enérgicamente presente: el miedo. Lo desconocido provoca miedo, máxime cuando se lo relaciona cierta o inciertamente con los mitos locales o nacionales: esa era para mí una ecuación que explicaba muchas cosas. Empero, el concepto genérico del mal había cambiado; incluso algunos autores cristianos comenzaban a dudar de los viejos dogmas. Sin embargo, sería un tiempo después cuando la humanidad -convendría hablar, ciertamente, de la humanidad intelectual no de la globalidad de la misma- renovaría ideas, debido principalmente a la influencia de Sigmund Freud. Se hablaría entonces de “mal”, con “m” minúscula. No se creería en diablos ni el la serpiente del Jardín del Edén. El diablo, el mal, según Freud, sería algo neutro, el inconsciente de cada uno de nosotros y, específicamente, sus instintos agresivos y sexuales. En suma, todo aquello que una sociedad ha de domeñar para poder continuar subsistiendo.
Pero volvamos a los murciélagos. Ante la evidencia que aquél día acababa de recabar, no me negaba totalmente a aceptar la existencia del Vampirus magnus, ya que si el spectrus y los desmodus y diphylla llegaron a los países balcánicos por un motivo que desconocíamos, desde lejanas tierras americanas, ¿por qué no pudo suceder lo mismo con un megaquiróptero?. Sin lugar a dudas debió existir un error de apreciación por parte de Van Vooren y, siendo así probablemente, yo estaba dispuesto a demostrar que el pretendido Vampyrus magnus o Vampyrus bestialis -denominación que pensé para él en un principio-, no era sino un Megaquiróptero, cuyo vuelo errático, un día, trajo -nadie sabe porqué ni cómo- a Centroeuropa, donde dejó su descendencia.
Era mediodía en la vieja Europa, de manera que todavía teníamos bastante tiempo por delante. En vista de ello, dije a Gödel que regresásemos a casa y él, con su aire impasible, enjaezó las bestias.

9 de Agosto de 1.8...

El día ha transcurrido sin nada especial que contar, a excepción de que con mi guía hice una excursión a las montañas, pero ninguno de los murciélagos que capturamos se parecía lo más mínimo al Vampirus Magnus. Cuando regresamos a casa, ya era de noche y, tras haber acordado que a primera hora visitaríamos las grutas, cenamos y nos fuimos inmediatamente a la cama.

10 de Agosto de 1.8...

Nos levantamos apenas despuntar el día. Cuando salí al patio, Gödel me estaba ya esperando con todo el material que necesitaríamos para nuestra breve estadía en las montañas. Llevábamos el material suficiente para nuestro cometido y provisiones para más de una semana.
El camino fue entretenido, pues solamente contemplando el paisaje, a uno se le aliviaba la carga de la caminata. Al mediodía llegamos a Tasip, una aldea formada por una treintena de casas, edificada cerca de un glaciar. Extendíase sobre una planicie, encajonada entre grandes mogollones rocosos. Por su parte, el húngaro había demostrado ser un guía excepcional y, en consecuencia, me tranquilizó sobremanera la idea de tener a nuestro servicio un hombre de sus características y experiencia. Tras un breve recorrido, llegamos a la casa de un eremita, una simple cabaña sin ningún lujo ni comodidad. En la parte trasera un anciano ordeñaba una vaca, de aspecto tan miserando que me compadecí de él. Gödel desmontó y le habló en dialecto. Entretanto, el guía ponía al viejo ermitaño al corriente de la situación, este suspendió el trabajo y nos invitó a entrar. El interior era peor de lo que había imaginado, estrecho e insalubre, pero había que contentarse con ello porque era cuanto el pobre hombre podía ofrecernos, aparte de una frugal cena a base de vegetales y leche. Me confortaba la idea de que, a la mañana siguiente, proseguiríamos el camino hacia las cumbres.
Los preparativos de la marcha comenzaron apenas despuntar el día. Agradecimos y pagamos la hospitalidad del anciano con unas monedas y nos pusimos en marcha de inmediato. El Draken tenía unos seis mil pies de altura y su cono nevado se destacaba sobre todo el sistema orográfico de esta parte de los Cárpatos. Cabalgábamos en fila india, yo siguiéndole los pasos al magiar, por estrechos senderos donde sólo podían avanzar hombres a pie o animales de montura. La ruta se hacía cada vez más difícil y la temperatura, ya gélida, descendía a medida que íbamos ganando terreno en dirección a la cumbre. El terreno ascendía abruptamente, las rocas oscilaban y algunas caían amenazadoramente en el precipicio que se levantaba a nuestra derecha y era preciso avanzar con gran prudencia para evitar alguna desgracia. En oposición a mi ansiedad ante aquella escalada, mi acompañante cabalgaba tranquilamente, como si anduviese por la estepa. A veces el Draken desaparecía detrás del bosque o de las elevaciones del terreno y lo perdíamos de vista momentáneamente. El húngaro conocía aquel territorio como la palma de su mano, lo que fue en todo momento un motivo de tranquilidad, dándome confianza y aplomo en medio de aquellos parajes salvajes y solitarios.
Por fin las cinco horas de fatigoso viaje, nos habían llevado a la falda de la montaña. Allí, el guía hizo la señal de alto y compartimos un somero almuerzo. Aquel alto reparador nos permitió descansar y fumar una pipa, acordando partir una hora más tarde. Comenzamos, entonces, a subir la pendiente del Draken. Su cumbre nevada parecía muy próxima y, sin embargo, tardamos cinco horas más en llegar hasta las grutas. Una vez allí, escogimos una de ellas y, al cabo de poco tiempo, estábamos cómodamente instalados en su interior y al amparo de todo peligro. No podía más, estaba hambriento y aterido de frío y el aire, un poco rarificado, no llegaba a apaciguar mis pulmones. Paulatinamente, mi organismo se fue adaptando y comencé a sentirme mejor.
La cena fue rápidamente consumida y nos acomodamos lo mejor que pudimos. Aunque bajo buen techo, la cama era dura y la situación bastante penosa, a cuatro mil pies sobre el nivel del mar, rodeados de nieve y de una naturaleza desbordante y hostil, por lo menos tal como yo lo apreciaba en aquellos instantes. Sin embargo, transido por la fatiga, me dormí enseguida y muy reparadoramente, a lo largo de una de las mejores noches que había pasado desde hacía mucho tiempo.

de Desconocido

8deAgostode 1.8...
El rústico, aunque noble aspecto de la casa -en realidad era una pequeña fortaleza casi completamente derrumbada, de la que solamente quedaban en pie las partes más modernas, producto de una reforma bastante reciente- con su casamata rehabilitada de dos pisos, las ventanas con contrafuertes y sus oscuras celosías, las hiedras que se encaramaban cubriendo los muros, hasta el tejado, inspiraba un sentimiento de recogimiento y paz profundos. Las ruinas del vecino castillo, cuya noble decrepitud tanto me impresionara la pasada noche, mostraban en sus muros las marcas de una inexorable decadencia. Había pertenecido a una antigua familia de la nobleza moldava, de rancísimo abolengo, ahora extinguida y ya no brillaba en él sino la luz de la luna que se deslizaba entre la decrepitud resignada de sus torreones y nada se oía allí, sino la quejumbre del viento al pasar entre las grietas de sus muros centenarios. La soledad del lugar se prolongaba en los lejanos bosques de abetos y en los picos nevados, sobre los que se levantaba el disco argentado de nuestro satélite. Pese a la exuberancia de la naturaleza, que podía oprimir el corazón de un pecho pusilánime, se me apaciguó el espíritu, en medio de aquellos aires calmos, en las desiertas altitudes.
Tania Olesowa, la gobernanta, anciana y diligente, se había afanado en mantener la casa en perfecto orden para nuestra llegada. Hellen y ella se entendieron perfectamente desde un principio y de su mano habríamos de conocer los manjares nacionales, como la Paprika Hendl y la Mamalinga, así como el espiritoso Tokay, con el cual no había que excederse.
Pequeñas aldeas se levantaban acá y acullá en los valles de las montañas: Tumis-Szelk, Kratsna, Virkosay, Stevnoska y muchas otras que nunca visité. Astcelk, la más cercana, no contaba más que unas diez o doce casas y sus habitantes, una treintena en total, vivían de la caza, del pastoreo y de una rudimentaria agricultura. El páramo era, en verdad, solitario y los únicos viajeros que se veían pasar eran los zíngaros, cuya vida trashumante les llevaba a viajar continuamente a Rumanía o a Checoslovaquia y desde allí nuevamente a tierras magiares. Era solitud, no obstante, lo que yo requería para llevar a cabo satisfactoriamente la labor científica que se me había encomendado. Dudaba si Hellen podría resistirlo con entereza. Ella estaba acostumbrada al bullicio de la gran ciudad y la nueva vida que tenía ante sí iba a representar, de todo punto, un reto importante, el cual esperaba yo que fuera capaz de afrontar. Detrás de Ascelk, casi oculto en la vegetación, cruzaba el sendero por el cual se llegaba a la ciudad de la que veníamos, OvërBeck, a unas treinta millas de distancia. A la derecha del camino se levantaba el cementerio y la pintoresca iglesia copta, que mostraba alegremente sus azuladas cúpulas.
El laboratorio, situado en la habitación más espaciosa de la casa, en la parte trasera de la primera planta, contenía todo el material que necesitaba. Mientras Hellen y la gobernanta se dedicaban a asuntos domésticos, yo pasé la mañana siguiente y prácticamente el resto de la tarde ordenando la biblioteca. A la hora de cenar, ya había terminado de montar el laboratorio y me sentí excitado ante la vida que se me ofrecía en aquellas tierras, ante los descubrimientos que la suerte, el método y la paciencia me llevarían a realizar. Todo iba a las mil maravillas y podría empezar las investigaciones sin la menor demora.
Después de cenar, escribí una carta a sir Archibald, que por la mañana nuestro sirviente húngaro llevaría a la estación de correos. Eran más de las doce cuando nos acostamos y, como el día anterior, nos quedamos profundamente dormidos al instante, muertos de cansancio como estábamos.

de Desconocido


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ACTO PRIMERO

Escena 3ª

En el plato de la televisión universal todos los técnicos corren de un lado para otro, tratando de colocarse en sus puestos…3, 2,1...En antena…

Buenas noches hoy como todos los días, desde hace muy poco tiempo, toda la prensa internacional habla bien de nosotros…desde oriente a occidente gracias a nuestros motores de traducción de todas las lenguas civilizadas del planeta…Hoy receptores de Televisión universal estamos de enhorabuena, pues todos los titulares nos muestran sus elogios-.Ahí van unos cuantos:

En China se reúnen millones de universitarios para proclamar el derecho a la libertad de expresión, y el derecho a la vida-gracias a La televisión Universal.

En Corea se ha creado el nuevo Partido- Revolucionario- Ecológico-vegetariano el cual está teniendo miles de seguidores cada hora , gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y de Internet-Los miembros del Partido-Revolucionario-Ecológico-Vegetariano ,agradecen especialmente a La Televisión Universal, el que haya abierto la conciencia de los intelectuales coreanos acerca del peliagudo problema de si se debe o no comer carne de perro- una vez más- los intelectuales coreanos miembros del partido-Revolucionario-Ecológico-Vegetariano han agradecido a los medios de comunicación pertenecientes a La Televisión Universal el haberles obsequiado con la enciclopedia universal del perro digital, la cual explica:¿Qué es un perro?-¿Para que sirven los perros?-Diferentes razas de perros y su uso-y es o no el mejor amigo del hombre.

Por nuestra parte he de decir a los intelectuales coreanos que muy pronto recibirán en las direcciones que han indicado un ejemplar de la raza de perro seleccionada por ellos mismos
A modo de prueba-La televisión Universal premiara a los mejores cuidadores de estos magníficos ejemplares con una estancia completamente gratuita de un año a cada de ellos y a su nuevo amigo en el Gran hotel Televisión Universal ***** donde serán atendidos por especialistas en alimentación, masajes, guía turístico , balnearios y toda clase de eventos
culturales para el disfrute de los magníficos huéspedes los cuales serán tratados como el cuerpo de un Rey.

Muchos son los que nos siguen escribiendo-. Miles de admiradores en todo el mundo…

Ahora debemos presentar a un personaje que según el mismo ya fue presentado por san Juan en el Apocalipsis del mismo Juan- desde un lugar secreto y amparados por el derecho de información-Está con nosotros “El Hijo Del Diablo” o “El ANTICRISTO” el que había de venir –
Y yo Jeremías Jarvis lo puedo corroborar, pues nos ha dado muestras de su poder-
¡Puede volar sin alas!-¡camina sobre las aguas!-¡lee el pensamiento de cualquier ser vivo!-
¡Con un pensamiento es capaz de llevarnos en un segundo al mismo infierno y mostrárnoslo
A unos pocos elegidos!
Con todos ustedes “El ANTICRISTO”

Las ovaciones, vítores y cánticos de alegría se podían oír desde la amplia mayoría de los receptores de televisión de todo el mundo-mientras las puertas del Vaticano estaban cerradas.

(El ANTICRISTO se sienta tiene mil rostros- de vez en cuando sus facciones cambian se transfigura casi a cada instante es una modelo hermosa así como también un anciano lleno de surcos un soldado o un clérigo sus disfraces son reales y auténticos se transfigura con solo un deseo)

EL ANTICRISTO: (Todo el personal permanece en silencio detrás de las pantallas receptoras, nadie se mueve…Todo el mundo escucha-Dentro del Vaticano están reunidas las más altas esferas del Clero…Los presidentes de gobierno de todos los países están a la escucha; el planeta está parado para recibir el mensaje)- Habla en mayúsculas…

YO SOY EL TERRORISTA MAS BUSCADO-EL HIJO DEL DIABLO-EL QUE TENIA QUE VENIR-MI REINO ES DE ESTE MUNDO Y VOSOTROS SOIS MIS SIERVOS.

(Jeremías Jarvis le interrumpe con delicadeza)

Jeremías Jarvis: ¿Como debo llamaros señor?

EL ANTICRISTO: REY DE REYES SEÑOR DE SIERVOS MAJESTAD DE LOS INFIERNOS.

Jeremías Jarvis: Majestad que es un terrorista-Vale la pena ser terrorista-es una profesión-una causa-una manera de vivir-está bien remunerada-puede un terrorista vivir en paz-puede sentir la felicidad-puede tener la conciencia tranquila mirando a los ojos de los niños y de sus hijos.

EL ANTICRISTO: UN TERRORISTA ES UN PEON DE AJEDREZ DE UN TABLERO UNIVERSAL (su rostro se transformaba a cada minuto que transcurría)
HA SIDO Y ES EDUCADO PARA EJECUTAR FUNCIONES Y ALCANZAR OBJETIVOS
DESTRUYENDOLOS POR SU BASE Y EN TODO SU CONJUNTO…A UN GRUPO HUMANO O SOCIEDAD QUE CREE TENER UNOS VALORES QUE TRATAN POR MEDIO DE SUS LEYES RIDICULAS ANULAR POR COMPLETO NUESTRO REINO……NUESTRO MUNDO.

(Comienza a echar espuma amarilla por la boca inundando el plato de la televisión universal- pero sigue hablando mientras jeremías Jarvis se sube a la mesa)


VALE LA PENA SER TERRORISTA, NO VALE LA PENA VALE LA ALEGRIA –UN TERRORISTA DARA SU VIDA POR EL REINO, POR TANTO LO DEFIENDE ATACANDO DE LA MEJOR FORMA POSIBLE Y ES CONSIGUIENDO OBJETIVOS PARA LIBERAR EL REINO.

(La espuma amarilla para de salir de su boca- una niebla espesa cubre el plato la cual se mantiene sostenida en la atmósfera unos tres minutos, al instante el plato esta tan limpio como antes)

UN TERRORISTA PUEDE SENTIR LA PAZ O LA FELICIDAD: UN TERRORISTA SIENTE LO QUE SIENTE UN HEROE DE GUERRA DE UN PAÍS INVASOR, EL CUAL LE OTORGA UNA MEDALLA Y EL TITULO DE HEROE E HIJO PREDILECTO DE SU REINO-IMAGINA SIMPLE MORTAL A UN HEROE DE GUERRA NORTEAMERICANO; COMO LO RECIBEN EN SU PATRIA; COMO LO RECIBEN EN SU CIUDAD; LO MISMO SUCEDE EN EL REINO.
PUEDE VIVIR EL HEROE FELIZ SI CONSIGUE LOS OBJETIVOS MARCADOS…SI NO LO CONSIGUE SE FRUSTARA Y MATARA SIN CALCULAR Y DE FORMA DISCRIMINADA- PERO YO LO DEFENDERE CON MIS ABOGADOS Y JUECES.
¿HASTA DONDE LLEGA MI PODER?:
HASTA LA PRESIDECIA DEL PAIS MÁS PODEROSO DE LA TIERRA Y HASTA EL GOBIERNO DEL MÁS PEQUEÑO.
DEBAJO DE LAS AGUAS ESTA MI PODER…DENTRO DE UN SUBMARINO NUCLEAR.
DENTRO DE LA POLITICA Y DE LAS DIFERENTES IGLESIAS TENGO MIS ADEPTOS.
DENTRO DE UNA REUNION ENTRE DOS PERSONAS O EN ESTE MISMO PLATO
TENGO MIS AFILIADOS.

Jeremías Jarvis: ¿Cómo sabemos que es usted el diablo?

EL ANTICRISTO: POR MI INVISIBILIDAD…

(El ANTICRISTO había desaparecido del plato o seguía allí pero NO ESTABA A LA VISTA.

Non serviam

de Desconocido

2

Faltaban todavía dos horas para la marcha, tiempo que teníamos que emplear en ultimar los preparativos. En apenas media hora, habíamos terminado, pues el equipaje estaba prácticamente dispuesto la noche anterior. El doctor Besnien me regaló un ejemplar de La Enciglopedia Biológica de Björn y Scheel, un precioso documento para el naturalista. Pasamos, pues, la última hora y media en agradable conversación con nuestros amigos y a las seis en punto, nos pusieron sobre aviso los relinchos de unos caballos que piafaban junto a la ventana. Tomamos nuestras maletas y salimos a la calle. Gödel cargó el equipaje. Todo estaba listo. Viktor y el doctor Besnien nos estrecharon las manos y les agradecimos, de todo corazón, su amable hospitalidad. Habíamos partido con el cielo cubierto, pero estaba convencido de que no llovería y comprobé, una vez más, el gran placer que producía recorrer en un coche de caballos aquella bella nación desconocida. La calesa corría a gran velocidad por el bosque, mientras que de una manera casi imperceptible, sobrevino la noche. Pese a lo agreste del territorio, Gödel conducía la calesa con una maestría sin parangón. A medida que avanzábamos, la luz del día se desvanecía y la foresta se hacía más densa y sombría. Pudimos ver algunos lobos, que se escondían en la maleza al paso del carruaje. El húngaro parecía no tenerlos en cuenta, quizás porque, para él, enfrentarse a estas bestias era un asunto rutinario. De pronto dijo algo que, debido al ruido del coche, no entendí, pero al instante vi que no había necesidad. No puedo explicar mis sentimiento, yo amante de lo antiguo, al mirar por la ventanilla, porque no admiré en ningún otro país torres tan venerables como la de aquella gris heredad. Los dentados contornos de las almenas y sus irisados torreones se erguían, elevándose sobre la mole de las casamatas, recortándose en el pálido fulgor del crepúsculo silente. El coche avanzaba a través de un gran patio empedrado, donde los restos de un decrépito jardín, se ofrecían a la vista con el mayor abandono.

de Luis Royo

7 de Agosto de 1.8...

Nuestro húngaro era un hombre corpulento, que debía estar dotado de una fuerza poco común. Sus ojos negros como la noche, miraban desde una cara enérgica y curtida por la intemperie y me parecieron, desde un principio, vivos y soñadores. Sus cabellos, cayendo salvajemente sobre el cuello, se unían a una gran barba, negra como el carbón. No hablaba más de lo necesario y toda su persona revelaba un espíritu pacifico, pero no irresoluto. Más bien al contrario, daba la impresión de una gran autosuficiencia, de hombre acostumbrado a valérselas por sí mismo, una de esas personas que no pide nada a nadie y que no se entrometía en la vida de los demás. Paz y tranquilidad, podían ser perfectamente sus consignas. Con el buen vino y suculentas viandas acompañaba su vida y trabajaba, por lo demás, cuando le convenía o, mejor dicho, cuando no le quedaba otro remedio. Hombre de gustos sencillos y pocas complicaciones, su filosofía de la vida se basaba en la economía más estricta. Como me había dicho el viejo cirujano, este lugareño vivía principalmente de la caza del lobo y los beneficios se repartían en un doble frente: las pieles y el cobro de la eliminación de animales peligrosos. Es decir, cuando llegaba el invierno, esas fieras constituían una grave amenaza para el ganado e incluso para las familias que vivían en lugares apartados. Inclusive, en épocas de mayor escasez, se les había visto rondar en las mismas callejas de las aldeas. Solían bajar en manadas, desde las cumbres, buscando cualquier presa fácil. Era entonces cuando los aldeanos le contrataban y con lo que ganaba esa temporada, junto con los beneficios de la venta de las pieles, podía sobrevivir el resto del año. Este personaje flemático, silencioso y muy orgulloso en el fondo, como todos los montañeses si no me equivoco, se llamaba Gödel Lukiacevicz, al que apodaban el fuerte, por razones que saltaban a la vista.
El cazador de lobos y yo nos entendimos a la perfección y estuvimos de acuerdo en sus honorarios desde el primer momento. De este acuerdo resultó que Gödel se comprometía a conducirnos hasta nuestra casa, comprar en la ciudad cuatro caballos y una calesa para nuestro uso particular y, a nuestra llegada, permanecería en el servicio doméstico durante cinco meses, cumpliendo las funciones de vigilante y guía fundamentalmente, hasta que llegaran las grandes nieves. En lo que a mi me interesaba, sería un guía inapreciable en las expediciones científicas y todo esto lo haría por quince marcos a la semana, además de tres comidas diarias y una cama blanda. Una vez concluido el trato, nuestro hombre se retiró, conviniendo en que se presentaría en el momento de la partida. Posiblemente iría a la taberna a celebrar su nuevo contrato con unas copas.

H.P. LOVECRAFT DEFINITIVAMENTE CONSAGRADO
COMO UN GRAN AUTOR AMERICANO

Como dice Juan Antonio Molina Foix (2.006)Howarth Phillips Lovecraft acaba de alcanzar la suprema consagración de los literatos estadounidenses: entrar a formar parte de la selecta y restringida colección de clásicos de la Library of America (equivalente a la Pléiade francesa).

Molina Foix, J.A. (2006): Esta Edición (notas a la edición d el 2006), de la Narrativa completa/Vol.I. Madrid, Valdemar, colecc. Gótica.

Ya era hora, nunca es tarde si hay dicha (toda dicha es buena por lo que este calificativo unido a la frase anterior resulta redundante).
Un saludo y a más ver.

Salvador Alario Bataller





H.P. Lovecraft
Narrativa completa/Vol.I
Edición de Juan Antonio Molina Foix
Valdemar, Gótica, nº.63,
2ª edición
Madrid, 2006

Howard Phillips Lovecraft (1890-1937), noctámbulo, soñador y cazador de sueños a partir de su misterioso mundo onírico dio una nueva dimensión al cuento de terror, que ahora sería miedo cósmico, el “terror de los espacios infinitos”, que aterrorizaba a Pascal y a Poe, abandonando definitivamente el modelo gótico, con sus fantasmas, castillos, criptas tenebrosas, brujas y vampiros, aportando una nueva mitología donde no hay cabida ni para Dios ni para el Diablo, ni para ninguna estirpe de ser sobrenatural, sino para seres híbridos semihumanos y extraterrestres o extradimensionales.
Mediante el sueño y sui fantasía Lovecraft viajó en el mundo de Hipnos, más lejos y mejor que nadie, justo elemento compensatoria a su habitual inmovilidad y “ostracismo” voluntarios”.
Valdemar Gótica ofrece el primer tomo de los cuentos de este autor insigne y ahora ya reconocido entre los Grandes Americanos de la Literatura (ver post siguiente, arriba): se trata del primer tomo de la Narrativa Completa, que abarca su producción literaria desde 1905-1926. La influencia de Edgard Allan Poe está presente en los relatos “El extraño, “La tumba” o “Aire frío”, como la de Lord Dunsany –otro de sus grandes maestros-, la encontramos en “La Ciudad sin Nombre”, “Polaris”, “Dagon” o “La búsqueda en sueño de la ignotas Kadath”; también en esta primera etapa vio la luz “La llamada de Cthulthu” (1926), pieza fundamental y fundacional de los Mitos de Cthulhu, una de las formas o subgéneros que adoptara el horror lovecraftiano con ilustres precursores como Arthur Machen o Algernon Blackwood, y que produjo (y todavía son…) numerosos continuadores, conocidos en su conjunto como el Círculo de Lovecraft.
Estamos, pues, ante una magnífica edición, la de Juan Antonio Molina Foix, demostrativa del renovado interés que ha tomado la obra de este otro gran americano, que seguirá con los sucesivos tomos que integren su Narrativa Completa.


Ralf-Peter Märtin
Los “Drácula”
Vlad Tepes, el Empalador y sus antepasados
Tusquets Editores (1983)

Ralf-Peter Märtin nació en Alemania en 1951. Estudió germanística e historia de la técnica en la Universidad de Berlín. Su tesis doctoral versó sobre «La novela de aventuras en el siglo XIX». Autor de trabajos biográficos en torno a fi­guras históricas siempre insólitas, como el espi­noso personaje de Poncio Pilatos, es crítico en dis­tintas publicaciones de su país, participa en programas radiofónicos y colabora en una edito­rial alemana.
Gracias a su habilidad a la vez de historiador y narrador, la Historia se convierte en este libro, pu­blicado en Alemania en 1980 y por nosotros en 1983 (Cuadernos Infimos 105), en el relato estre­mecedor de unos hechos que, hoy, debido a los medios de comunicación, nos parecen casi coti­dianos. El fino sentido práctico de Märtin le in­dujo a incluir al final de su estudio una detallada guía de la Ruta de los castillos de Drácula, que llevará a más de uno al encuentro del histórico príncipe Vlad y del legendario conde Drácula.
Editorial


Juan Gómez-Alonso
Los vampiros a la luz de la Medicina
Neuropress (1.955)
Querido lector:

Sé que tienes razones para abrir este libro frunciendo el entrecejo. Pero confío asimismo en que estas aclaraciones puedan desvanecer tus dudas.
Creo poder imaginar tu preven­ción ante un libro 'científico', ba­sado en una tesis doctoral. Perso­nalmente opino que eso es un regalo. Pienso que en temas tan singularmente oscuros como el de los vampiros es guía más segura el rigor científico que la fantasía.
Comparto también tus temores ante la dificultad de hacer ameno un texto académico. Puedo, en cambio, asegurarte que si hubiera alguna relación entre el empeño y el acierto deberías poder encontrar en las páginas que siguen una aproximación profunda y accesible al enigmático mundo del vampiro.
El autor
Dr.D. Juan Gómez-Alonso
Jefe del Servicio de Neurología
del Hospital Xeral de Vigo

de Desconocido

2

La ciudadela se levantaba sobre un vasto e infractuoso promontorio rocoso y, arquitectónicamente, con su aire medieval, era encantadora y mistérica. El bosque y la cordillera la rodeaban por doquiera y, al laventarse orgullosa sobre el llano, recibía los espléndidos haces de luz matutinos. Empero, a la llegada de la tarde, todo cambiaba. Sus avenidas devenían tristes
y umbrías, como suele suceder en las ciudades antiguas y de las cuales se dice que están encantadas. Se adivinaba, no obstante, un hálito de grandeza en todo, a lo que sin duda contribuían los profusos vestigios de la dominación turca. En las afueras, respetanto el conjunto arquitectónico y el tipismo locales, se había construido el Hospital Municipal, un edificio de tres plantas y gruesos muros, sobre el basamento de una vetusta iglesia románica. El palacio del gobernador, al lado del teatro, de las oficinas de la burocracia local y del ayuntamiento, era el edificio más destacable de la plaza principal y sin duda, de toda la ciudad, siempre y cuando se tuvieran en cuenta los polémicos puntos de vista innovadores.
Dos minutos más tarde, paseando a paso tranquilo a partir de la zona mencionada, nos encontramos en el hogar que el Dr. Ullrich Besnien compartía con mi amigo, una casa antigua y venerable, vetusta propiedad de una familia local de rancio abolengo, ya extinguida, cerca del hospital, en el número 25 de Ulmentrasse. En ella, se evidenciaban con profusión los rasgos del arte teutón.
Este hombre excelente puso a nuestra disposición la mejor habitación de la casa. Inmediatamente nos instalamos y vestimos para la cena. No puedo describir la emoción que sentí cuando, al bajar al comedor, me encontré con mi buen amigo hamburgués, que acababa de llegar del hospital. El paso de los años no había dejado en él la menor huella, ni había cambiado su enérgico porte germánico.
La cena se sirvió a las nueve en punto y la consumimos con avidez. La comida, más alemana que húngara, no tuvo nada de notable, pero nuestros amigos consiguieron que nos sintiésemos en su casa mejor que ellos mismos. La conversación la mantuvimos en inglés, a fin de que Hellen no se sintiera completamente marginada. Hablamos de cuestiones científicas, como correspondía a personas con similar formación académica, pero guardé la más estricta reserva sobre nuestro proyecto de investigación. Sabían, empero, que había llegado a Hungría con el propósito de hacer un estudio sistemático sobre la fauna quiróptera del país. Sir Archibald les había puesto al corriente con antelación, tal como convenimos y nuestros amigos alemanes se habían ocupado cortésmente de todo lo necesario para nuestra estancia.
-Nos encargamos de supervisar personalmente el montaje del laboratorio -dijo el doctor Besnien-, así como la contratación de la servidumbre y de algunas reparaciones en el edificio. Es una construcción notable, muy antigua, pero bien conservada, máxime ahora con las reformas realizadas. Desde cualquier ventana se ve un magnífico paisaje. En los valles cubiertos de nieve, se distinguen pequeñas aldeas hundidas en la bruma y los Cárpatos parecen tan cercanos que da la impresión que, al alargar la mano, uno puede llegar a tocarlos.
Así pues, me enteré por el doctor Besnien que nuestra nueva casa, una construcción del S. XVII, se levantaba en el denominado Altiplano de Torska, a una siete millas de la ciudad, en la misma cordillera. Era un lugar idóneo porque, gracias a su excelente ubicación, no me vería obligado a realizar desplazamientos innecesarios en los estudios de campo.
-Deben visitarnos a menudo -añadió el doctor-. En el hospital disponemos de una biblioteca de más de ocho mil volúmenes. Estoy seguro de que siempre podrá encontrar un libro de su gusto. En cuanto a las investigaciones, le recomiendo que comience por las grutas y le aseguro que hará una gama de buenas observaciones.
-¿Dónde están esas grutas? -inquirí.
-En la falda del monte Draken. Tendrá que ir escalando montañas muy escarpadas y bordeando profundos precipicios. Será un viaje penoso, pero de sumo provecho, porque en ese sitio abundan los quirópteros.
-Siendo así, tendré que procurarme un guía.
-Ya habíamos pensado en eso. Mañana le presentaremos al hombre.
-¿Es de confianza?.
-Por supuesto, enteramente, no le quepa la menor duda. Vive en Astchelk, una pequeña aldea, cerca de aquí. Conoce a la perfección este territorio. Se trata de un cazador de lobos, hombre de probada honestidad, del cual, estoy convencido, quedará completamente satisfecho. Además, habla perfectamente el alemán.
-Pues, entonces, mañana le conoceremos -repondí agradecido, mientras alargaba la mano para coger una nueva copa de brandy que el doctor me ofrecía.


de J.K. POTTER

H. P. Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida
por Michel Houellebecq


Tal vez el siglo XX perviva como una edad de oro de la literatura épica y fantástica, una vez que se hayan disipado las mórbidas brumas de las vanguardias desvaídas. Ya ha permitido la emergencia de Howard, Lovecraft y Tolkien. Tres universos radicalmente distintos. Tres pilares de una literatura de los sueños, tan despreciada por la crítica como aclamada por el público. Pero eso no importa. La crítica siempre acaba reconociendo sus equivocaciones; o, más exactamente, los críticos acaban muriéndose, y otros críticos los sustituyen. Así, después de treinta años de desdeñoso silencio, los “intelectuales” han empezado a leer a Lovecraft. Su conclusión ha sido que el hombre tenía una imaginación realmente asombrosa (había que explicar su éxito de algún modo), pero que su estilo era lamentable.Un poco de seriedad. Si el estilo de Lovecraft es lamentable, podemos concluir alegremente que el estilo no tiene la menor importancia en literatura, y pasar a otra cosa. Este estúpido punto de vista es, sin embargo, comprensible. Hay que reconocer que Lovecraft no comparte esa concepción elegante, sutil, minimalista y contenida que, por regla general, gana todos los sufragios. Aquí tenemos, por ejemplo, un extracto de Prisionero de los faraones: “Vi el horror de la cara más terrible de la antigüedad egipcia, y descubrí la monstruosa alianza que la unía desde siempre con las tumbas y los templos de los muertos. Vi procesiones fantasmales de sacerdotes con cabezas de toro, halcón, gato e ibis, que desfilaban interminablemente por laberintos subterráneos y titánicos propileos junto a los cuales el hombre no es sino un insecto, y ofrecían sacrificios innombrables a dioses indescriptibles...”.No cabe duda de que tales fragmentos, hinchados y enfáticos, son una piedra con la que tropieza cualquier lector culto; pero debemos observar de inmediato que esos pasajes extremistas son también los preferidos de los auténticos aficionados. En este registro, nadie ha conseguido igualar nunca a Lovecraft. Se ha tomado prestada su manera de utilizar los conceptos matemáticos, de precisar la topografía de cada lugar del drama; se ha continuado su mitología, su imaginaria biblioteca demoníaca; pero nadie se ha atrevido jamás a imitar esos párrafos en los que pierde toda contención estilística, en los que adjetivos y adverbios se acumulan hasta la exasperación, en los que deja escapar exclamaciones de puro delirio, como “¡No! ¡Los hipopótamos no deberían tener manos humanas ni llevar antorchas!”. Y, sin embargo, ahí está el verdadero objetivo de la obra. Incluso podemos decir que la construcción de los “grandes textos” lovecraftianos, a menudo sutil y elaborada, no tiene otra razón de ser que preparar los pasajes de explosión estilística.Lo que enfrenta a Lovecraft con los representantes del buen gusto es más que una cuestión de detalle. Lo más probable es que HPL hubiera considerado fallido un relato en el que no se pasara de la raya al menos una vez. Lo cual puede comprobarse a contrario en el juicio que emite sobre un colega: “Tal vez Henry James sea un poco demasiado difuso y delicado, acaso esté un poco demasiado acostumbrado a las sutilezas del lenguaje como para crear un horror realmente salvaje, capaz de devastarlo todo”.Un hecho tanto más notable por cuanto Lovecraft fue durante toda su vida el prototipo del caballero discreto, reservado y bien educado. No era en modo alguno la clase de hombre que va contando horrores o delira en público. Nadie lo vio jamás enfurecerse; ni llorar, ni echarse a reír. Una vida reducida al mínimo: todas sus fuerzas vivas se transfirieron a la literatura y a los sueños. Una vida ejemplar. Howard Phillips Lovecraft es un ejemplo para todos los que quieren aprender a malograr su vida y, llegado el caso, a triunfar con su obra. Aunque esto último no está garantizado. A fuerza de practicar una política de total no compromiso con las realidades vitales, uno se arriesga a caer en una apatía completa e incluso a dejar de escribir; y eso es justamente lo que estuvo a punto de pasarle a Lovecraft en varias ocasiones. Otro peligro es el suicidio, que hay que aprender a sortear; Lovecraft tuvo siempre a mano, durante varios años, una botellita de cianuro. Puede ser un truco enormemente útil, siempre que uno aguante el tipo. Lovecraft lo aguantó, no sin dificultades.La primera, el dinero. HPL encarna el desconcertante caso del individuo pobre y desinteresado a la vez. Aunque nunca se hundió en la miseria, tuvo apuros económicos toda su vida. Su correspondencia revela dolorosamente que todos los días tenía que andar mirando el precio de las cosas, incluso de los artículos más básicos. Nunca tuvo medios para hacer un gasto importante, como comprar un vehículo o pagarse ese viaje a Europa que tanta ilusión le hacía. El grueso de sus ingresos provenía de sus trabajos de revisión y de corrección. Consentía en trabajar por tarifas extremadamente bajas, incluso gratis si se trataba de amigos; y cuando no le pagaban una factura, no solía atosigar al acreedor: no era digno de un gentleman comprometerse por culpa de sórdidas historias monetarias, ni mostrar una preocupación demasiado viva por sus propios intereses. Por lo demás, disponía de un pequeño capital procedente de una herencia, al que fue dando pellizcos a lo largo de toda su vida, pero que era demasiado reducido para proporcionarle otra cosa que dinero de bolsillo. Es conmovedor comprobar que, en el momento de su muerte, su capital está casi a cero; como si hubiera vivido el número exacto de años que le habían concedido su fortuna familiar (bastante pobre) y su propia capacidad para el ahorro (bastante grande). En cuanto a sus obras, no le reportaron prácticamente nada. De todos modos, no le parecía conveniente hacer de la literatura una profesión. Según sus propias palabras: “Un caballero no intenta darse a conocer, lo deja para los egoístas arribistas y mezquinos”. Claro, quizá sea difícil apreciar la sinceridad de esta declaración; puede parecernos producto de un enorme tejido de inhibiciones, pero al mismo tiempo hay que considerarla como la aplicación estricta de un código de conducta caduco al que Lovecraft se aferraba con todas sus fuerzas. Siempre quiso verse como un gentilhombre de provincias, que cultiva la literatura como una de las bellas artes, para su propio deleite y el de algunos amigos, sin preocuparse por los gustos del público, los temas de moda o cualquier otra cosa por el estilo. Un personaje semejante ya no tiene cabida en nuestras sociedades; él lo sabía, pero siempre se negó a tomarlo en consideración. Y, de todas formas, lo que lo distinguía del verdadero “gentilhombre de campo” era que no poseía nada; pero tampoco quería tener eso en cuenta.
Houellebecq

[Siruela lanza la próxima semana H. P. Lovecraft. Contra el mundo, contra la vida, de Michel Houellebecq]


Michel Houellebecq
H.P. Lovecraft
Ed. Siruela

Autor de la Llamada de Cthulhu, Dagón y En las montañas de la locura, etc, etc, H.P. Lovecraft, maestro indiscutible del horror y de lo fantástico, sigue siendo objeto de una fascinación muy especial por parte de nuestros contemporáneos. Lo grande, auténtico y trascendente es inmarcesible.
Una vez más, y las que nos deparará el futuro, una nueva obra sobre el Maestro de Providence: Michel Houellebecq recorre un itinerario fuera de lo común, saludando en Lovecraft al autor de un mito fundador, y extrae de sus escritos un alegato en favor de una literatura vertiginosa, "yuxtaposición de lo minucioso y lo ilimitado, de lo puntual y lo infinito".
Adenda. Además, la magnífica editorial Valdemar, en su colección Gótica, está reeditando las obras completas de Lovecraft.

6 de Agosto de 1.8...

1

Al fin, restablecido completamente de mi enfermedad, decidimos partir. El postillón del coronel cargó en el carruaje nuestra valija y provisiones para el camino y antes del mediodía emprendimos la marcha. Lamentamos no poder despedirnos de nuestro magnífico anfitrión, quien se encontraba todavía de servicio, pero le dejé a su ayuda de cámara una carta sellada agradeciéndole su hospitalidad.
La ruta fue tortuosa, como suelen serlo los caminos de las montañas. A nuestros pies se extendía el manto esmeralda de la inmensa arboleda y, en la lejanía, bajo un cielo plúmbeo y amenazador, veíanse los impresionantes picos nevados de los Cárpatos Húngaros. El camino serpenteaba pegado a ingentes muros graníticos, por donde, de vez en cuando, caían estrepitosamente cascadas de aguas cristalinas y espumosas. En los lejanos glaciares, allí donde solamente se aventuraban las grandes rapaces, la luz del sol era reflejada en espléndidos tonos rosáceos.
Durante nuestro trayecto, nos cruzamos en repetidas ocasiones con checos y slovacos y, más de una vez, dejamos atrás una caravana de szeganys, de quienes decían los lugareños que tenían trato con el diablo. Por doquier se descubrían intersecciones de caminos y, en algunas de ellas, se erigían rústicas cruces de madera tallada sobre desgastados pedestales. Mi curiosidad al respecto tuvo que resignarse, porque el postillón apenas hablaba el alemán, por lo que no llegué a esclarecer el significado de este hecho insólito.
Así mismo, en estas zonas rurales, repetidas veces nos tropezamos con carretas campesinas, largas y delgadas, con el propósito de circular expeditamente por aquellos caminos angostos e intrincados. La tarde se volvió muy fría y la niebla ocupó los valles, los bosques y las pequeñas aldeas. Al cabo de poco, comenzó a nevar. Por fin, después de un penoso trayecto, pudimos distinguir una ciudad amurallada a cinco millas al norte.
-¡Ovërbeck, mein herr! -vociferó el cochero.
Abajo, al lado del camino, amilanaba un precipicio de oscuras fauces y fondo inescrutable.
En menos de una hora llegamos a la ciudad. En la parada de la diligencia, se hacinó un grupo numeroso de hombres y mujeres, todos ellos vestidos con vistosos trajes típicos de la región. Seguramente no llegarían con frecuencia al lugar extranjeros como nosotros. De improviso, apareció un hombre de buena presencia, vestido con exquisita pulcritud. Era un magistrado, el hadnagi Molday Blasdesowak, Gobernador de la Hungría Oriental. Le hice entrega de la carta de recomendación que traía de Londres e inmediatamente entablamos una cortés conversación en alemán sobre las incidencias del viaje y asuntos de rigor en tales ocasiones. Para mi satisfacción, el hadnagi se puso enteramente a nuestra disposición. Recibimos también una amable acogida del doctor Besnien, jefe clínico del hospital municipal, persona de aspecto agradable y de gran cordialidad, quien había venido en la pequeña comitiva encabezada por el gobernador. Me ofreció disculpas de parte del doctor von Ashaer, pues le había sido imposible venir a recibirnos a causa de un paciente. Era un hombre sumamente cortés y educado, este modesto sabio que vino a ofrecernos sus servicios y la hospitalidad de su casa en perfecto inglés.

de Desconocido

5

Pero en las horas siguientes fui perdiendo poco a poco las fuerzas. Frecuentemente tenía sueños extraños y pesadillas, en las cuales siempre veía a la loba. En las angustiosas visiones, el animal se acercaba a la cama y desaparecía. Después una voz femenina, dulce y cristalina, me hablaba respecto a mi futuro, aunque de un modo confuso que no llegaba a entender. Luego, algo indefinible, semihumano, se inclinaba sobre la cama, hasta el punto de que podía oír su aliento húmedo y fétido sobre mi cara. En ese instante, sentía una dolorosa opresión en el pecho. Me despertaba entonces sobresaltado, muchas veces gritando, con la frente perlada de un sudor frío, al límite de la extenuación, por la cual acababa desplomándome en el lecho sin remedio. Todas las veces, tenía la sensación de que algo blanco e intangible se deslizaba fuera de la habitación.
El médico me aseguró que tales pesadillas carecían de importancia, que desaparecerían completamente en cuanto reposara lo suficiente y recuperase el equilibrio nervioso.
Sin embargo, pese a los desvelos de Hellen por cuidarme y las atenciones profesionales del doctor, las pesadillas persistieron. Una noche, las cosas casi llegaron al límite. Oía las pisadas del gris que se acercaban a la cama. Era un paso ligero y cadencioso. La presentí muy cerca de mí, agazapada junto al lecho, cuando sus pisadas dejaron de sonar. Divisé un par de ojos llameantes que me miraban en la oscuridad. Después oí aquella voz sobrenatural del bosque y creí ver el talle de una mujer reclinada sobre mí. Capté el reflejo de sus ojos ardientes y el jadeo de una respiración acelerada. Después, como siempre, la lasitud y el miedo se adueñaron de mi ánimo, pero antes de desvanecerme podría afirmar que había parada en medio de la cámara una mujer, más bien una muchacha, casi una niña, aquella joven dama lánguida que me fascinara sobremanera cuando la tarde caía en el claro del bosque. Empero, mi desmayo debió ser breve, puesto que cuando abrí los ojos estaba solo en mi alcoba y, una vez más, antes de perder por segunda vez el sentido abatido por la consunción, pude oír pasos leves que se extinguían en la tiniebla que me envolvía.
Según conversaciones ulteriores que mantuve con mi mujer, a la mañana siguiente, mi estado había empeorado, hasta el punto de que Hellen llamó al cura para darme la última absolución. El padre Freund me animó a que le contase el contenido de mis pesadillas. Me rogó que no omitiese ningún detalle y que le comentara, con la mayor libertad, las relaciones que, a mi entender, pudieran verse implicadas en el asunto, por absurdas que pudieran parecer. Las sombras ocuparon su rostro cuando mencioné la experiencia del cementerio y mis visiones de la Dama Blanca. Después sonrió y tomándome la mano, dijo:
-El Señor es mi salvación. Yo, en Su Nombre, traeré la paz a su vida.
Elementos inextricables habían acudido en mi ayuda. Desde que el padre Freund me visitó, las pesadillas desaparecieron y mi vida volvió a ser tan normal como lo había sido hasta entonces.
Gente extraña, extraño país.

Salvador Alario Bataller

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OBRA PUBLICADA A)CIENTÍFICA: 8 libros de Psicoterapia y Sexología (editorial Promolibro, valencia). 36 artículos especializados en diversas revistas (redactor de Cuadernos de Medicina Psicosomática y Psiquiatría de Enlace, www.editorialmedica.com, y los artículos y otros textos se relacionan en la web). B)NARRATIVA: “La conciencia de la bestia”, edición privada, finalista (de los 15 finalistas) del Premio Planeta de Novela de 1997. “La ciudad desvanecida”, relato seleccionado por concurso de la revista Escribir y Publicar en su editorial Grafein Ediciones, Colección Escritura Creativa, integrante del volumen de cuentos ASI ESCRIBO MI CIUDAD (2001). “Descensus ad Inferos”, lo mismo que antes, pero este cuento pertenece al libro de cuentos “32 MANERAS DE ESCRIBIR UN VIAJE” , Grafein Ediciones (2002). “Maltidos. La Biblioteca olvidada”, Iván Humanes Bespín y Salvador Alario Bataller, Grafein Ediciones, Barcelona, (2.006). "101 coños, Ilustraciones y breves" (2008), Carlos Maza Serneguet, Salvador Alario Bataller e Iván Humanes Bespín. Ilustraciones de Vanesa Domingo Montón, Grafein Ediciones, Barcelona. "Antología Iberoamericana de MIcrorelatos" (2008),coautor, Ediciones Lord Byron, Madrid (en prensa) La acre lácrima (2006), novela, en http://www.lulu.com/alario7 Un estudio crítico del Necronomicón Apócrifo (2006), ensayo, en http://www.lulu.com/alario7 Las aventuras carpatianas del profesor Exhorbitus (2006), novela, autoedición, en http://www.lulu.com/alario7 Astrum Argentum . La vara del mago (biografía novelada de Aleister Crowley) (2006), novela, en www.lulu.com, en http://www.lulu.com/alario7 El murciélago monstruoso (2006), novela, en http://www.lulu.com/alario7 Nunca volví de cuba (2007), novela, en www.lulu.com, http://www.lulu.com/alario7 Cuentos en www.narrativas.com: Espejos (2007), Los pequeños (2007). La angustia última (2008). Lo que trajo la noche (2008). OBRA INÉDITA: Las nocturnidades de don Arturo del Grial, (2002), novela. Los ojos del moro (2003), novela. El doctor amor y las mujeres (2006), novela. La trama sináptica (2007), novela. Historias de amor, muerte y trascendencia (2007), novelas (dos novelas breves relacionadas). Los estados intestinales (2007), novela. Cuando cazaba pelos (2008), novela breve Cuentos completos (1999-2008) Blogs: http://clinica-psicomedica.iespana.es http://alario1.blogspot.com http://undostrescuentos.blogspot.com http://undostrescuentos2.blogspot.com http://elloboylaluna.blogspot.com http://lasnocturnidades.blogspot.com http://nohaymentesincerebro.blogspot.com
 

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