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Valencia, Miércoles, 29 de Junio, 2005
Ser conservador es una especie de escepticismo, de desconfianza.
JORGE LUIS BORGES
EL FAQUIR
QUIZA sea usted demasiado joven... ¿Recuerda los vastos, los verdes, los rozagantes jardines mediterráneos? Cuando llegaba el verano yo solía estirar el tronco desnudo sobre ellos, a veces en compañía de un libro, a menudo simplemente por sentir la fresca hierba y dejarme acariciar por esa brisa que serpenteaba entre los edificios, la que el mar regalaba con sus brazos generosos. Poco a poco aquella hierba se fue secando, la brisa ahogándose; nadie hizo nada por impedirlo. Entonces el tacto de los jardines se hizo hiriente, punzante, los tallos enrojecían la piel mientras el desierto avanzaba sediento, anhelante de aquello mismo a lo que daba muerte. Al fin sólo una fina arena me sostenía, el último aliento entre la vida y la extinción de las cosas, abrasando la carne. La región, antes envidiada, era ahora hostil y yerma, y yo, que no era de natural errante, di en este circo que recorre los hídricos países del norte. Cierto que mi trabajo aquí cuidando de los animales llena mis días y puedo decir que en ese sentido si usted quiere vulgar que soy feliz. Sin embargo hay algo en mí que no olvida la región de la que sin desearlo me alejé; así creo que debe ser, pues no pocas noches me levanto empapado del sudor que trae una calima que no es de aquí. Y esto le resultará extraño: sólo cuando, gracias a la comprensión amable del faquir, puedo acostarme en la multipuntiaguda cama que usa para su número, vuelvo a sentir en mi cuerpo la hierba fresca y grácil, la brisa suave, el jardín, el gran alivio.
QUIZA sea usted demasiado joven... ¿Recuerda los vastos, los verdes, los rozagantes jardines mediterráneos? Cuando llegaba el verano yo solía estirar el tronco desnudo sobre ellos, a veces en compañía de un libro, a menudo simplemente por sentir la fresca hierba y dejarme acariciar por esa brisa que serpenteaba entre los edificios, la que el mar regalaba con sus brazos generosos. Poco a poco aquella hierba se fue secando, la brisa ahogándose; nadie hizo nada por impedirlo. Entonces el tacto de los jardines se hizo hiriente, punzante, los tallos enrojecían la piel mientras el desierto avanzaba sediento, anhelante de aquello mismo a lo que daba muerte. Al fin sólo una fina arena me sostenía, el último aliento entre la vida y la extinción de las cosas, abrasando la carne. La región, antes envidiada, era ahora hostil y yerma, y yo, que no era de natural errante, di en este circo que recorre los hídricos países del norte. Cierto que mi trabajo aquí cuidando de los animales llena mis días y puedo decir que en ese sentido si usted quiere vulgar que soy feliz. Sin embargo hay algo en mí que no olvida la región de la que sin desearlo me alejé; así creo que debe ser, pues no pocas noches me levanto empapado del sudor que trae una calima que no es de aquí. Y esto le resultará extraño: sólo cuando, gracias a la comprensión amable del faquir, puedo acostarme en la multipuntiaguda cama que usa para su número, vuelvo a sentir en mi cuerpo la hierba fresca y grácil, la brisa suave, el jardín, el gran alivio.
TEORIZAR
TODO apunta a que han sido los medios oficiales quienes filtraron esta mañana la noticia de que el Partido condenará caída la tarde los crímenes sin cuento del líder que nos dejó el sábado, y que gobernó con mano firme el país durante los últimos treinta años. Según esos medios, los funcionarios que se han encargado de revisar su archivo personal no han encontrado en él documento alguno que teorice los asesinatos masivos, desviándose así de la práctica de los líderes fundadores. Las gentes comentan aliviadas que las estatuas irán despareciendo paulatinamente.
TODO apunta a que han sido los medios oficiales quienes filtraron esta mañana la noticia de que el Partido condenará caída la tarde los crímenes sin cuento del líder que nos dejó el sábado, y que gobernó con mano firme el país durante los últimos treinta años. Según esos medios, los funcionarios que se han encargado de revisar su archivo personal no han encontrado en él documento alguno que teorice los asesinatos masivos, desviándose así de la práctica de los líderes fundadores. Las gentes comentan aliviadas que las estatuas irán despareciendo paulatinamente.
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3 Comments:
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Salvador Alario Bataller
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Dark kisses
Paso a leerte y a dejarte besos y abrazos!!!... ¿ya pasaste a visitar a MERLOT?... nos escribió algo bellísimo por la lectura del viernes!!!
...ah!, y me trajo algo tuyo que estoy disfrutando como loca!!! página y páginas con tus letras ;)
Saludos
Mony