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Anton Szandor La Vey
La Biblia Satánica
Otro ideólogo destacado que dedicó su vida al sacerdocio de Satán y de notable influencia, después de una vida en la que fue policía, pintor, domador de leones y organista, fue Antón La Vey. El libro, su famosa Biblia de Satán. La Vey es el que protagoniza al demonio en la famosa película de Roman Polanski Rosemary´s Baby (en castellano “La semilla del diablo”), que curiosamente se rodó en el edificio Dakota y en la casa que había pertenecido a Aleister Crowley. Poco después, lo que algunos relacionan con el éxito fulgurante, de la película tuvo lugar el asesinato de Sharon Tate, la mujer de Polanski y otras personas por parte de otro satanisma, Charles Manson. Del mismo modo y curiosamente el siguiente propietario de la casa, John Lennon, moriría asesinado.
La Vey (1930), fundó también la Iglesia Satánica de San Francisco; en su Biblia Satánica (1969), una parodia de la cristiana, afirma que su religión satánica “respeta los deseos egoístas, egocéntricos y lúbricos de la mayoría de los humanos”. En esta nueva religión se adora a Satán en vez de al Dios cristiano, cuyos rituales están descritos –aunque no todos- en su arriba mencionada Satanic Bible (La Vey escribió posteriormente “Los Rituales Satánicos” y “La Bruja Completa”, que fue un best-seller en Italia, pero descatalogado oportunamente en Estados Unidos). Fuera de valoraciones morales, vinculados a una visión antropológica negativa, pensamos que esos son los impulsos humanos básicos y que el hombre es gregario por necesidad no por voluntad; pero de igual manera que la socialización implica control, la evolución personal denota la capacidad de análisis y domeñación de los excesos que esos impulsos sexuales y agresivos pueden llevar. Si además miramos, en pleno siglo XXI, los atributos de la sociedad psicopática que nos rodea, donde prolifera el egoísmo, el vacío ético, la violencia, la mentira y el desmán de todo tipo, nos parece que la Biblia Satánica puede quedarse al nivel de un discípulo tibio y librito parvulario de un diosecillo menor. La realidad consiste en que lo que la moral imperante ha tratado siempre de estrangular consisten en aquellos árboles de la ciencia y de la vida tan recordados, los frutos del conocimiento y del goce a que se tiene derecho. La manera de obtener tales frutos parece ser lo cuestionable. Aún así, precisamente los aconteceres de nuestros días fueron claramente vaticinados por le Vay en su libro esencial, proclamando la liberación de las ataduras, el goce de al carne sin culpa, la liberación de la libido colectiva (especialmente revelador el dato que alude a monjas desnudas bailando con frenesí el “Missa Solemnis Rock”), existiendo detrás de todo ello “una penetrante religión y forma de vida, con gran número de adeptos (Wolfe, 2.000).
Se ha comentado reiteradamente la gran influencia de La Vey en estamentos destacados de la sociedad, quien aseguró contar con más de un millón de miembros; uno de los más famosos era la actriz de cine Jane Mansfield y también tuvo un affaire, -en realidad fueron amantes- sentimental con Marilyn Monroe. Por nombrar solamente un caso, siguiendo a Roberts (1998), cabe mencionar a Kenneth Anger (1930), director de cine americano que presentó de modo especial lo oculto, en sus películas. Estuvo poderosamente influido sobre todo por los ensayos y la doctrina de Crowley y del satanista La Vey y se hizo famoso con su película Lucifer Rising, en la cual Anaïs Nin interpretaba a la diosa Astarté y cuya música fue compuesta por Mick Jagger. En Invocation of My Demon Brother, La Vey interpretó el papel de Satanás (su participación en películas representando el papel del Diablo fue bastante frecuente, recuérdese el film mencionado de Polanski) y el joven músico Bobby Beausoleil el de Lucifer. Anger, que perteneció primero a los adeptos de La Vey, se unió más tarde a Manson y se le declaró culpable del asesinato de Gary Hinman (1996). Asimismo, Anger también dio que hablar cuando descubrió en la antigua "abadía Thelema", en Cefalú (Sicilia), donde había vivido Crowley en los años 20, pinturas eróticas de carácter mágico.
Antes de él, los libros satanistas fueron una añagaza, grimorios escritos por gente gazmoña, acomplejada, temerosos del dios de los cristianos que nunca sistematizaron ése saber antiguo, cosa que sí logró La Vey. En su exaltación de la lubricidad de la carne y la fuerza del conocimiento, esta religión, siguiendo a Wolfe, no resulta de fácil asunción en una sociedad puritana, dado que es extraña a principios como el amor al prójimo, el pon la otra mejilla y la filantropía. Se base en la creencia de que el hombre es un ser esencialmente egoísta, violento, que se encuentra sumido en la lucha darwiniana por la supervivencia, donde los más aptos, que son las más fuertes, estarán llamados a dirigir el mundo, porque esa competición inevitable forma parte del rasgo fundamental del humano, vinculado con la violencia, que siempre es egoísta, porque alzaprima el ego, que es la dominación, expresión fáctica del impulso fundamental que expresamos comúnmente como voluntad de dominio o poder. Estas son las condiciones reales del mundo que hollamos, allende edulcoraciones democráticas y promisiones de un más allá rebosante de leche y miel, donde los débiles (los mansos) serán los primeros y no los fuertes quienes, en cambio, heredarán esta tierra.
Sea como fuera, soslayando moralinas y mejores intenciones de gente sin tacha, falsarios y palabreros de catadura varia, el hecho es que la iglesia de Satán proliferó, generando su semilla en varias ciudades y produciendo una serie de imitadores como los de la Iglesias Satánica de Cincinnati, fundado por un tal James Guthrie a la edad de 22 años, junto a su esposa, los que se hicieron famosos por toda una serie de tropelías, incluidas misas negras rituales y cosas propias a la iglesia aludida; acabaron siendo perseguidos por la justicia y denunciados por la sociedad protectora de animales, evidentemente por emplear anima vili en sus actos sacrificiales.
La Vey (1930), fundó también la Iglesia Satánica de San Francisco; en su Biblia Satánica (1969), una parodia de la cristiana, afirma que su religión satánica “respeta los deseos egoístas, egocéntricos y lúbricos de la mayoría de los humanos”. En esta nueva religión se adora a Satán en vez de al Dios cristiano, cuyos rituales están descritos –aunque no todos- en su arriba mencionada Satanic Bible (La Vey escribió posteriormente “Los Rituales Satánicos” y “La Bruja Completa”, que fue un best-seller en Italia, pero descatalogado oportunamente en Estados Unidos). Fuera de valoraciones morales, vinculados a una visión antropológica negativa, pensamos que esos son los impulsos humanos básicos y que el hombre es gregario por necesidad no por voluntad; pero de igual manera que la socialización implica control, la evolución personal denota la capacidad de análisis y domeñación de los excesos que esos impulsos sexuales y agresivos pueden llevar. Si además miramos, en pleno siglo XXI, los atributos de la sociedad psicopática que nos rodea, donde prolifera el egoísmo, el vacío ético, la violencia, la mentira y el desmán de todo tipo, nos parece que la Biblia Satánica puede quedarse al nivel de un discípulo tibio y librito parvulario de un diosecillo menor. La realidad consiste en que lo que la moral imperante ha tratado siempre de estrangular consisten en aquellos árboles de la ciencia y de la vida tan recordados, los frutos del conocimiento y del goce a que se tiene derecho. La manera de obtener tales frutos parece ser lo cuestionable. Aún así, precisamente los aconteceres de nuestros días fueron claramente vaticinados por le Vay en su libro esencial, proclamando la liberación de las ataduras, el goce de al carne sin culpa, la liberación de la libido colectiva (especialmente revelador el dato que alude a monjas desnudas bailando con frenesí el “Missa Solemnis Rock”), existiendo detrás de todo ello “una penetrante religión y forma de vida, con gran número de adeptos (Wolfe, 2.000).
Se ha comentado reiteradamente la gran influencia de La Vey en estamentos destacados de la sociedad, quien aseguró contar con más de un millón de miembros; uno de los más famosos era la actriz de cine Jane Mansfield y también tuvo un affaire, -en realidad fueron amantes- sentimental con Marilyn Monroe. Por nombrar solamente un caso, siguiendo a Roberts (1998), cabe mencionar a Kenneth Anger (1930), director de cine americano que presentó de modo especial lo oculto, en sus películas. Estuvo poderosamente influido sobre todo por los ensayos y la doctrina de Crowley y del satanista La Vey y se hizo famoso con su película Lucifer Rising, en la cual Anaïs Nin interpretaba a la diosa Astarté y cuya música fue compuesta por Mick Jagger. En Invocation of My Demon Brother, La Vey interpretó el papel de Satanás (su participación en películas representando el papel del Diablo fue bastante frecuente, recuérdese el film mencionado de Polanski) y el joven músico Bobby Beausoleil el de Lucifer. Anger, que perteneció primero a los adeptos de La Vey, se unió más tarde a Manson y se le declaró culpable del asesinato de Gary Hinman (1996). Asimismo, Anger también dio que hablar cuando descubrió en la antigua "abadía Thelema", en Cefalú (Sicilia), donde había vivido Crowley en los años 20, pinturas eróticas de carácter mágico.
Antes de él, los libros satanistas fueron una añagaza, grimorios escritos por gente gazmoña, acomplejada, temerosos del dios de los cristianos que nunca sistematizaron ése saber antiguo, cosa que sí logró La Vey. En su exaltación de la lubricidad de la carne y la fuerza del conocimiento, esta religión, siguiendo a Wolfe, no resulta de fácil asunción en una sociedad puritana, dado que es extraña a principios como el amor al prójimo, el pon la otra mejilla y la filantropía. Se base en la creencia de que el hombre es un ser esencialmente egoísta, violento, que se encuentra sumido en la lucha darwiniana por la supervivencia, donde los más aptos, que son las más fuertes, estarán llamados a dirigir el mundo, porque esa competición inevitable forma parte del rasgo fundamental del humano, vinculado con la violencia, que siempre es egoísta, porque alzaprima el ego, que es la dominación, expresión fáctica del impulso fundamental que expresamos comúnmente como voluntad de dominio o poder. Estas son las condiciones reales del mundo que hollamos, allende edulcoraciones democráticas y promisiones de un más allá rebosante de leche y miel, donde los débiles (los mansos) serán los primeros y no los fuertes quienes, en cambio, heredarán esta tierra.
Sea como fuera, soslayando moralinas y mejores intenciones de gente sin tacha, falsarios y palabreros de catadura varia, el hecho es que la iglesia de Satán proliferó, generando su semilla en varias ciudades y produciendo una serie de imitadores como los de la Iglesias Satánica de Cincinnati, fundado por un tal James Guthrie a la edad de 22 años, junto a su esposa, los que se hicieron famosos por toda una serie de tropelías, incluidas misas negras rituales y cosas propias a la iglesia aludida; acabaron siendo perseguidos por la justicia y denunciados por la sociedad protectora de animales, evidentemente por emplear anima vili en sus actos sacrificiales.
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Salvador Alario Bataller
Lugar:
Avda, Blasco Ibáñez, nº.126, 6º, 28ª
Valencia
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Teléfono:
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E-mail:
alario7@msn.com
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Interesante Chico!
Aunque de esas ramas desconozco mucho.
este sera acaso el dual de la biblia.