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Miércoles, Mayo 11, 2005 Isidore Ducase, Conde de Lautréamont: Tu amigo vampiro (fragmento) Hay quien dijo que sus celebre obra Los Cantos de Maldoror fueron dictados al conde de Lautréamont por una vez secreta, durante las pesadillas provocadas por las fiebres surgidas de sus enfermedades “vergonzosas”, “doble injuria semántica con la que se castiga el placer del mundo”. Un libro que rezuma Belleza Maldita, la que nace del Infierno e incluso de algún paraíso artificial, libro además de imprecación `por lo que estuvo cincuenta años por publicarse, esperando tiempos más propicios para ver la imprenta. Libro, se ha dicho, nacido del desasosiego, que instala su reino entre la humillación y la ofensa. A magníficas editoriales, como Pretextos (Colección la Cruz del Sur), de aquí Valencia, debemos la reedición de sus cantos, en el 2000, en un libro, en todos los aspectos, excelente: gracias a ellos, en un mundo en el cual la mediocridad y la descatalogación de los grandes libros campa por doquier, como un signo más del caos y de la degradación. Isidore Ducasse, que adoptó en nombre de Conde de Lautreámont, nació en Montevideo en 1840 y murió en 1870.De su obra hemos seleccionada un relato extraño, único, que encontré, en 1985 ( tempus fugit)en un librería de reventa, una edición de Plaza y Janés, de 1965, en un tiempo que yo buscaba con gran afán bibliografía sobre el vampirismo, prácticamente inexistente por entonces y sobre el cual después conseguiría una amplia biblioteca. La compilación se titulaba Vampiros entre nosotros, magnífica, de la mano de Roger Vadim. Vamos pues, con un fragmento de Tu amigo vampiro: “Sí, os supero a todos en mi innata crueldad, que no estuvo en mi mano reprimir. ¿Es esta la razón por la que estáis todos postrados frente a mí?¿O bien el estupor de verme, fenómeno inaudito , recorrer como horrible cometa el espacio ensangrentado?. Una lluvia de sangre brota de mi cuerpo inmenso, semejante a una nube negra que empuje ante sí el huracán. No temáis nada, hijos míos. No quiero maldeciros. El mal que me habéis ocasionado es demasiado grande; demasiado grande el mal que yo os he ocasionado, para que sea intencional. Vosotros habéis recorrido vuestro camino y yo el mío, ambos semejantes, ambos perversos. Era natural encontrarnos, dada nuestra afinidad. El choque que ha seguido al encuentro nos ha resultado recíprocamente fatal”.Al llegar a este punto, los hombres empezarán a levantar las cabezas, adquiriendo de nuevo valor, y, para ver quién esta hablando, alargarán el cuello igual que caracoles. De repente, su rostro alterado, descompuesto, se deformará en una mueca tan monstruoso que incluso los lobos quedarán aterrorizados. Todos a la vez, los hombres se enderezarán de golpe, como un muelle gigantesco. ¡Cuántas imprecaciones!¡Qué clamor de voces! Me han reconocido. Y he ahí que los animales terrestres se unen a los hombres y hacen oír sus extraños alborotos. Ningún odio divide ya a ambas razas. El odio de cada uno está dirigido contra el enemigo común: yo. El consentimiento universal les une. Vientos que me estáis transportando, levantadme todavía más alto: temo la perfidia. Sí, desaparezcamos, poco a poco de su vista... Adiós, viejo, y piensa en mí, si me has leído... ; y tú, joven, no desesperes. En efecto, tienes en el vampiro a un amigo, aunque seas de otra opinión. Si además, tienes en cuenta el ácaro sarcopto que te pega la roña, ¡tendrás dos amigos!. |
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Salvador Alario Bataller
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Como has estado?¿
Espero q te encuentres bien, pasaba a saludarte y acontemplarte como siempre!!!
besos sabor caramelo!
Me ha encantado esa frase. La he guardado entre mis archivos íntimos para el momento preciso de las justificaciones.
PD: Me encantó saber que Morgano a veces se come angelitos nalguientos :).Perdón, quise decir nalgosos.
PD:Cuidadme a maripoxa que esta tristona.
Te mando un paquete por DHL a tu oficina que contiene:
1. Un angelito nalgoso
2. Un monstruo que me extirpé el otro día
3. El ser extraño que encontré en mi cajón.
Cuando te canses del ser peludo ese del cajón, te suplico que lo metas en una cajita y se lo mandes a Ensenada, México a Liz_adicta que se ocupará de él de maneras permanentes.
Cuídalos, no se los des a Morgano, porque se los desayuna.
Attmente:
Noemí